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sábado, 16 de enero de 2010

Antes que parta, dime qué hacer



Entre tantos buenos y malos comienzos, podemos darnos cuenta de que a veces las personas vemos de cierta manera lo que deseamos para sentirnos como deberíamos sentirnos, obligándonos a ser como queremos ser, pero la verdad es que yo pienso que nosotros desde un punto de vista externo, y que dicho sea de paso tal vez es sencillo decirlo de esta forma, deberíamos ser lo que somos a cada momento, porque es ahí donde le damos el brillo a nuestras almas, seas un vago, un millonario, un tímido o un pobre e indefenso creo que siempre brillarás por eso que digo que brinda el alma.
El alma para mí, compañeros, es lo que te da vida y en el alma de cada persona hay un encuentro de todos aquellos individuos que te aman y están ahí para ti, el mundo está lleno de oportunidades y de gente que da amor, es importante saber quien está contigo, con quien cuentas para tu próxima hazaña, quien te cuida cada vez que duermes, tal vez quien sienta el dolor de la misma manera que lo sientes tú.
Hace poco pude tener una experiencia maravillosa que lleno mi alma vacía, que necesitaba un reencuentro de fe, un reencuentro de saber quién soy y hacía que lado va mi vida y a quienes tengo para brindársela, me sentí más querido de lo habitual y no por recibir algo sino porque lo brindé a alguien que me necesitaba y tal vez no tan solo a mí sino a cuanto ser generase un escalofrío y una reconfortante paz en su interior.
Es amistad de lo que hablo y lamentablemente la vida nos juega pocas oportunidades para hacernos entender que hay específicos momentos para demostrar que quieres y que eres querido.
Ayer en la madrugada me avisó un gran amigo de la muerte de una persona muy importante para él y a pesar de no ser algo repentino, pues era alguien que ya vivía sus últimos días, la tristeza embargo a mi amigo desde principios de padecimiento hasta la muerte, es difícil comprender el desprendimiento físico de un ser querido, y él lo iba viviendo a cada pasó de la triste enfermedad.
Como dije la tristeza se expandió en su corazón, cargándolo de vibras y energías que no debía tener, pero yo sabía que el comprendía lo mismo que yo.
No vengo a predicarles sobre mi religión, pues sé que muchos no la comparten, pero tan solo intentemos verlo desde una nueva perspectiva.
Cuando las personas sufren tanto en la vida, sean jóvenes o ancianos, y con esto me refiero a una enfermedad terminal, busquemos entender esta separación como un descanso, una liberación y explote del alma, que separa nuestro mundo material y nos lleva a vernos tal como somos o como fuimos para cada persona.
Piensen bien como terminan cada frase, pues puede ser la última que compartas con esa persona, para mí es importante ser querido y se lo supe hacer entender a mi amigo, pues él es alguien muy querido para mí y sé que es recíproco.
Algún día todos moriremos, pero tratemos de dejar esta huella que dejó esta alma para todas las personas que la rodearon, este grupo de gente que entrega amor por amor solamente y que sufrió como es natural en un ser humano, pero entendió que separarse no es malo pues vives en el alma de todas las personas a quienes de veras les importas.
Fue una experiencia maravillosa para mí, porque supe aprovechar el momento que me dio la vida para mostrarme y sentirme valioso, donde hubo pena traté de poner humor, donde hubo llanto, intente dar apoyo, donde hubo caídas intenté dar fuerza para seguir adelante con todo y aunque minúscula sea mi participación yo sé que valió.
Aunque mi amigo comprendía que la pérdida era positiva en cuanto a ese ser querido, no pudo hacer nada para evitar sentir lo que siente un ser humano, por eso estuve ahí para recordárselo y entregarme completamente para cumplir mi labor, que aunque frío suene, para eso estoy y siempre estaré.
Esta amistad vale más que el alma misma, pues para mí, como les dije, el amor, cariño y sobre todo entrega es lo que le da la forma a cada una de sus almas.
Él esperó que antes de que parta le digan que hacer, pero era imposible, pues lo único posible fue mostrar presencia donde la tenía que haber.
Algún día todos nos encontraremos con esas almas, sean nuestras o ya en descanso, pero aún no, aún no.

jueves, 24 de diciembre de 2009

El día que se me acabó la navidad



Fue un día caluroso en el verano peruano, hemos sido capaces de resistir muchas cosas en realidad, pero este calor si era devastador.
Resultaba inusual el poco movimiento de la gente, pues en mi país “verano” significa algo más que playa, sol, arena y chicas bonitas, el verano nos trae las festividades de navidad y año nuevo.
No sabía que sucedía, pero me imaginaba que este año todo sería igual que el anterior, fue penoso entender que no sería así, pues esta vez nadie dio rienda suelta a su algarabía ni a sus locuras navideñas, nadie intentó festejar de manera abrumadora, nadie hacía compras, las tiendas cerraban temprano y de tanta impresión quise averiguar de que se trataba todo esto, pero sin respuesta estuve por un largo rato.
Comencé a hablar con la gente por las calles, pero todos se pasaban de largo, nadie me escuchaba, ni siquiera volteaba la mirada para mostrar indeferencia, no hacía gestos, realmente me sentí asustado, en casa, descubrí que mi familia se había ido de viaje, dejando una nota y sin despedirse.
Me dijeron que se iban del país porque se fueron a celebrar las fiestas, pues en el nuestro la navidad había dejado de existir a partir del presente.
No me llevaban pues el dinero en mi familia es escaso, bueno tenemos lo suficiente para subsistir y darnos algunos gustos, pero no lanzarnos al como sea a un viaje sin retorno asegurado, y dado que yo nunca respete la navidad porque siempre la vi innecesaria y con una alegría tortuosamente falsa y comercial, dejaron una carta diciéndome que todo había sido planeado de ultimo momento y me mintieron diciendo que no tenían dinero para llevarme a mí.
Yo acepté eso, no celebrar la navidad para mí no debería ser un problema, no creo en esas cosas desde muy pequeño cuando me hicieron ver que la navidad solo era una época más, que no debía ser bien tratada pues solo generaba avaricia y tacañería, yo siempre he sido fiel a lo que decía mi abuelo pero hace dos años él ha muerto y fue el año pasado que me chocó tanto no poder “no celebrar” las fiestas junto a él.
Como que los dos solos nos hicimos una pequeña tradición.
Ese año me encerré en mi cuarto y me acurruqué en una esquina deseando con todo mi corazón que la navidad nunca más exista en mi vida, que me sea esquiva y que sea fuerte, y que todos celebren la “no navidad” conmigo, pues quería generar el desinterés en la gente.
Salí de mi casa pues estaba solo y decidí hacer unas compras, de paso visitar a algunos amigos de la preparatoria que no veía desde que ingresé exitosamente a la universidad a estudiar medicina, sí que me preparé, me costó demasiado y es algo ahora de lo que siempre estaré orgulloso.
Creo que está claro que soy una persona bastante dedicada a lo suyo, y siempre soy reconocido por mi mérito en el estudio y en cumplir con alta capacidad y destreza todas las diligencias, pero siempre el afecto y cariño de mis cercanos… y no tan cercanos han sido escasos, sobre todo ahora sin mi abuelo y peor en esta fecha una vez más como el año pasado me siento asqueroso.
Fui de visita a casa de mis compañeros pero uno estaba enfermo, otro no me pudo abrir sus puertas porque estaba en una urgente llamada de noviecita y mi mejor amigo se fue de viaje, no podía creerlo nadie estaba para mí, ni siquiera me dieron ganas de hacer mis compras para esta fecha y estaban a punto de cerrar el súper.
Me senté en la vereda de la casa de Alfredo, el último de los amigos que les comenté que fallidamente visité, traté de reflexionar y me di cuenta que no podía tener tanta mala suerte y que cuando el año pasado pedí que se me exilie del mundo navideño, sucedió que alguien me cumplió el deseo.
Tengo orgullo, pero creo que en este momento, en el que me siento tan solo y abandonado, pueda darle la espalda a la razón.
Creo que he sido castigado por la navidad, por creerle a un viejo testarudo que fue maltratado en su niñez y no olvidar jamás que más importante es ser bueno que malo, pero solamente en su teoría, pues me alejé de poner en práctica el amor que llevo dentro para compartirlo conmigo mismo, y no lo entregué ni lo compartí con nadie más.
Siempre me equivoqué en algo, pues me he dado cuenta que a partir de hoy mi alma se quedó sin navidad, por no entender que no existe la avaricia mientras hayan ganas de dar, y estar agradecidos porque el corazón siempre es el que puede más.
Nunca volví a pertenecer a esta fecha, me borraron del calendario y de la vida de las personas cada época navideña.
La soledad fue insoportable al verme castigado, por no saber distinguir la avaricia de la generosidad.

martes, 3 de noviembre de 2009

Dime que me falta

Realidad es lo que le falta.
Tal vez alguna dosis de adrenalina en las partes más intimas.
Quizás me pida más drama en las partes más escalofriantes.
O tan solo un poco de mi mismo.
Quién sabe.
¿Lo sabes tú?
Si lo sabes trata de decirlo pero no hables.
No te atrevas a mirarme.
Tan solo dilo.
Pero con el corazón.
No te pido un beso.
Tan solo házmelo saber.
Dame una idea.
Hazlo ahora.
Me he dado cuenta que solo no puedo.
Por eso hazme sentir cada latido de tu corazón.
¿Odio tal vez?
No dudes en reflejarlo se cada movimiento que intentas hacer.
Sé que estas pensando.
Tu cerebro ha empezado a darme ideas.
Pero jamás te pedí lo que tú piensas.
Quiero que lo sientas.
¿Es que acaso no me entiendes?
¿Difícil verdad?
Te estoy perdiendo.
No te distraigas.
No pienses.
¡Te digo que lo sientas!
Ahora se ha transformado en una orden.
Te molesta que te ordene, ¿Cierto?
A mí también me molesta ordenar.
Pero aun no te has dado cuenta que no es mi mente lo que escribe.
Ya sabes que no son mis manos.
Tan solo mi corazón.

Aquellas cosas que son de nosotros

Cosas que pasan no pueden ser escuchadas, no pueden ser vistas y al mínimo movimiento de cualquier cosa todo vuelve a como comenzó, yo a veces pienso que no debería ser así, pero. ¿Quién diablos soy?
Comencemos por el diablo. ¿Existe?, ¿Existe en ti?, ¿Y en mi?
No tenemos idea en realidad, pues aun no hemos muerto… ¿?
¿Me estás dando a entender que debes morir para creer?
¿En quién crees?, ¿En quién crees más?
Comienzas a dudar, sé que no te puedes resistir.
La verdad es que yo también pero date cuenta que tienes fe.
No se trata de ver ni de tocar. Se trata de creer.
Cuando pregunté por si creías más en algo, omítelo pues mi pregunta anterior vale más.
Si crees en el diablo estás perfecta, porque significa que también sabes que Dios está ahí.
No tengas miedo porque no estás sola, yo estoy ahí y a pesar de que también muero de miedo y aunque me corroe la carne por ver y tocar, sé que creo.
Que frío.
Brrrrrr…
Se abre la puerta.
Se acercan las personas.
¿Temes que te invadan?
¿Por qué?
Ya todo ha acabado y el silencio entre nosotros demuestra que estas muy atenta a esto.
¡Despierta!
Un beso ha calmado el silencio luego de una risa algo sarcástica.
¿Podrías repetirlo?
¿Qué tal ahora?
Bien bien.
Lo esperaba, sabía que no te resistirías.
La cocina suena, el caño se abre, nuestra privacidad ansiada ha caído por los suelos.
No importa.
¿Te importa a ti?
A mí solo me importa que sigas a mi lado.
Y que también sigas atenta.
¿Me podrás seguir aguantando?
No hagas señales.
Ya sabes cómo decirlo.