Red Bull Music Academy Radio

domingo, 5 de diciembre de 2010

Demencia inhumana

Entre a mi cuarto y vi a dos duendes fumando sobre mi escritorio, esperando ver mi rostro al presenciar su desvanecer, cambié de rumbo en dirección a la sala y un náufrago me pedía a gritos que alimente su espíritu con canciones de cuna, corrí a la cocina y un par de leones preparaban ensaladas para la cena de gala que se llevaría a cabo en casa de los miserables, todos juntos se unieron y me llevaron al baño para observar el nacimiento de los hijos de mi estrés, que al salir del vientre de mi soledad emprenderían una carrera hacia los campos de trigo sin esperar la puesta del sol.
Parece que es extraño, pero raro sería que esto no suceda, parece que cosas maravillosas pasan en mi casa y yo con orgullo cuento estas historias pretendiendo que alguien me escuche alguna vez y que en verdad se digne a dar una crítica de lo que pasa y lo que le parece.
Me gustaría saber que le pasa a la gente cuando oye esto, me gustaría que lo piensen siquiera un momento, porque me es un tanto aburrido imaginar todo esto, tanto así que si supieran que miento, me encerrarían por loco, tal vez me matarían… pero tal vez no.
Quizá todo lo que digo cobre sentido cuando ellos entren en trance conmigo, que compartan estos minutos, estos simples dos minutos en donde todo es tan cierto, y no me vean raro cuando inevitablemente los duendes, leones y demás desaparecen.
Ellos creen que yo juego, que mi trance es solo parte de un destello, que alboroto mis sentidos al ver una luz que ciega mi saber.
Como verme normal, como congeniar con ellos, como salir de este hueco que me separa de los buenos, si es que lo son.
La verdad quiero estar de ese lado, o seré igual que ayer y llegaré a la mima reflexión, la reflexión en la cual me refiero a la locura como un don que me aleja de los ajenos, de los injustos y los serenos.
Aquel “mal” que me separa de las personas que esperan algo más al darlo todo, que se rebelan ante sus propias decisiones y que no se atreven a ver las cosas mas que de la manera sombría.
Eso es lo que me asienta en mi mundo, en donde nadie me envenena, nadie me corrompe ni condena, soy libre por ser un loco sin pasiones, soy libre por tan solo dejar de un lado tus frías emociones, me desvanezco en un mundo donde tengo relaciones con magos esperanzados en que cambies los tambores por finas flautas, que dulces con el viento, sepan calmar las situaciones.
Soy duro por la vida, por mis historias y propias tonterías, duro como una roca, como el hundimiento de una broca a la velocidad de un cuento contado en el convento directo al corazón del que salen tus lamentos, ¡pero oye yo también soy frágil, sí que lo soy! Pero no tanto como tu cabrón, que te emocionas cuando el dinero suena campaneando y una canción que irresistiblemente te mueve la mente y que disipa las dudas, que te vuelve un demente y que haces lo que sea… hasta los trabajos más sucios del submundo por traerlo hacia ti.
Sí mi amigo, tú eres fácil de convencer, fácil de llevar, pero tan difícil de amar, y sin medida al lograrlo lo harás porque a ti nadie te niega tu felicidad, eso es algo tuyo nada más, común en ti y tal vez en los demás… como tú, no como yo.
Sabes bien que no entro en tu mundo, a mí no me aman ni me llevan ni me convencen, yo no tengo amigos como tú, lo que yo tengo es mucha imaginación que me sirve a la hora en que mi soledad me lo pide, en la que me obliga a disfrazarme de todo lo que desee, en un mono, en un cura, en un loco o hasta un consejero que puede darte una lección.
Tú humano, eres muy malo y al fin me di cuenta que no te quiero meter en mi vida y no quiero que me escuches, ni que me interpretes, me di cuenta también de que no tienes nada de imaginación porque de tenerla mi hermano, nuestro mundo hoy andaría mejor, yo no estaría tronado ni tú librando una guerra interior, en la que a propósito matas gente inocente que ves a tu alrededor.
Me cansé de tus pocas virtudes y tú sentido de superioridad, me cansé de que al final siempre corras para ver a mamá, como te digo nadie a mí me acompaña en mi soledad pero sé que solo me valgo más, que acompañado por muchos que dañan a los demás.
Prefiero vivir con aquellos duendes, los leones y el náufrago que me pide aquella canción que contigo un día más de destrucción.
Solo tu alma y frágil mente es lo que nos separa por esta vida y eternamente.

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