
María Esperanza:
Llevamos ya seis meses siendo enamorados, jamás hubiese dicho novios, pero me propuso matrimonio hace ya unas dos semanas y en espera de mi respuesta, que con seguridad y sinceridad responderé ante todo, me ha invitado a la playa a pasar el fin de semana con el fin de intentarlo una vez más, no lo considero una locura pues ya no somos unos chiquillos y estamos en una buena edad casadera, como diría mi madre, “nunca es tarde para volver a evaluarlo pero no te demores mucho porque te quitarán el lugar”, una mujer muy pegada a la antigua y lamentablemente he salido con algunas de sus costumbres, cuestiones de familia, en fin, mi respuesta está aún en veremos y pues claro como toda mujer espero que los detalles y mimos me hagan notar que él es mi hombre indicado, este será el fin de semana decisivo.
Él es odontólogo y acaba de poner su consultorio en su propio departamento, no tiene mucho dinero, pero bueno a mí no me importan mucho esas cosas, él es un gran hombre y será un buen padre para mis hijos, me lo demuestra a cada momento es por eso que no le negué en principio su propuesta y le solicité un tiempo para pensarlo, creo que las mujeres a veces también nos queremos hacer esperar, los hombres sufren por esto y yo adoro la idea de que estalle en intriga.
Yo soy enfermera de un hospital cercano a el colegio en el que estudiarán mis hijos, lo tengo todo planificado, sé como quiero que sean las cosas, mi futuro será de una forma y no de otra, y si tengo que sacrificarme al máximo por ello, pues bienvenido sea el dolor pues el sentido a mi vida se centrará en mi familia como mi padre siempre me enseñó.
Estoy esperando a Benjamín, debe estar preparando todo, nos quedaremos en la casa de Julito Tudela, un amigo de la universidad de Benjamín, no quiero que tarde mucho pues quiero aprovechar el tiempo al máximo, estimo que no pasarán más de veinte minutos antes que el llegue y toque a mi puerta, anticipo que mi respuesta será un sí como él espera, pero hay muchas cosas en qué pensar.
Benjamín:
Estoy muy impaciente por ver a María Esperanza, no he pensado en nada más que en ella desde mi propuesta de matrimonio, aunque bueno siempre pienso en ella.
La relación como todas tienes sus altos y bajos, y antes de verla quiero hacer un recuento de la relación en su totalidad, se lo propuse porque es una maravillosa mujer, muy centrada, siempre ocupándose de mí y de cómo me va con mi nuevo consultorio, todo ha sucedido muy rápido, nos conocimos hace 7 meses en un lugar muy peculiar, era el hospital en donde ella trabaja hasta ahora y digo hasta ahora pues sé que me dirá que sí y como hombre que soy me encargaré de mantenerla a ella y a mis hijos hasta que no pueda más, mi padre siempre dice “el hombre está en el deber de cuidar a su mujer, porque de la manera que le des protección, ella se la brindará a tus hijos”, no tengo muchos planes sobre eso ahora, pero no quiero decepcionar a mis padres.
Bueno como iba diciendo, nos conocimos en el hospital en el que trabaja, pues un paciente me mordió la mano y casi me saca un dedo, yo como iba a saber que le tenía tanta fobia a los dentistas, sobre todo porque en la universidad jamás me enseñaron que tenía que ser precavido de los pacientes que tienen tendencia a ser caníbales, pero que va eso no fue tan importante como cuando la más hermosa de las enfermeras vino a ayudarme, con esa mirada preciosa por esos ojos tiernos y su sedoso cabello, yo sabía que había encontrado a la mujer de mi vida desde ese instante y así sin más, la invité a tomar un café al final de su turno, por lo cual tuve que esperar demasiado.
Ella es así, le encanta hacerme esperar, dejarme en el limbo de la vida y la muerte, en lo que respecta a la desesperación, a veces siento que sería capaz de…, pero ese no es el punto, lo importante de todo esto es que luego de un tiempo nos hemos demostrado que nos podemos amar sin barreras.
Ella tiene muchos defectos, como los tengo yo y espero que este fin de semana, solos y juntos, ella pueda darse cuenta de que seré un gran hombre para ella y estaré en todo momento.
Narrador:
El fin de semana pasó lentamente y en el momento de la respuesta de María Esperanza, fue esto lo que sucedió.
Conversación:
- Amor, este fin de semana la pasé increíblemente a tu lado.
- Yo también corazón y sé que estás ansioso por la respuesta, creo que ha llegado el momento de dártela.
- Espero que estés segura, créeme que aún puedo esperar.
- Yo sé que sí, pero estoy segura ahora aunque antes de dártela te diré el porqué de mi decisión.
- ¿No sería mejor al revés?
- Sabía que te ibas a impacientar, no puedo hablar nada contigo sin que reproches, ¿verdad?
- Lo siento María continúa.
- Siempre haces lo mismo Benjamín.
- ¿Ahora estás molesta?, no será que buscas un pretexto, ¿cierto?
- ¡No seas dramático!, siempre nos pasa lo mismo, nada puede terminar bien.
- Bueno, bueno, no se hablé más de esta discusión, ¿me lo dirás ya?
- Con este rollo, como te puedo decir esto con el ambiente que has creado.
- Cierto es mi culpa, siempre es mi culpa cuando tú me haces esperar por algo sabiendo que soy ansioso, ¿sabes qué?, será mejor que nos vayamos.
- ¡Ay! Benjamín no seas tarado, déjame ahora decirlo y ya no te pongas así.
- Está bien, te escucho.
- Mira Benjamín, este fin de semana la pasé genial, fue exactamente lo que quería, no hubo peleas, sin contar esta que bueno, ya faltaba, pero me trataste como a una reina, tal como lo esperaba de ti, lamentablemente estos días de convivencia me hicieron dar de cuenta que tienes muchos defectos con los que son difíciles de lidiar y sé que yo también los tengo para ti, es por eso que mi respuesta no podría ser un sí Benjamín, tal vez no seamos adecuados el uno para el otro. ¿Tú qué piensas?
- Yo al contrario tuyo mujer, encuentro en ti todo lo que me hace feliz y cuando te propuse matrimonio y me dijiste que me esperara un tiempo para que lo pienses, me ayudo a mí también a darme cuenta de que tenemos cosas que nos hacen querernos y detestarnos, pero aún así este fin de semana y como siempre, no tuvimos mayor problema para salir adelante con esto, eres tú la mujer de mi vida y si alguien debe compartir la vida conmigo solo concebiría que seas tú, a pesar de muchas cosas María, eres y por siempre serás la chica de mis sueños, yo no tengo planes para mi vida, pero tú sabes exactamente qué hacer, no tengo mucho dinero, pero te juró que jamás te faltará nada y de tu vida no te preocupes porque te haré la mujer más feliz de la tierra, serás para mí el complemento necesario para descansar mi alma perdida.
- Es por eso Benjamín, por todo lo que me dices, todo lo que me amas y por todo lo que sé que se cumplirá, que hoy decidí casarme contigo, porque eres el hombre perfecto para hacerme feliz, te amo.